viernes, 7 de junio de 2013

Las pequeñas bibliotecas gratis

O Little Free Libraries, es algo que nunca había visto, pero hace unos días cuando me encontré con una, no pude dejar de sonreír. Me alegró el día. Al principio pensé que era una casita para pájaros en el medio de la acera, pero cuando me acerqué, nada de pájaros: libros. En la pequeña puerta de vidrio, hay una calcomanía indicando que puedes tomar el libro que quieras, y donar uno a cambio, o simplemente no donar nada si no tienes. Lo mínimo que uno en retribución puede hacer es devolver el libro una vez leído. Y lo más impresionante de todo, es que estaba lleno de libritos. En inglés in en holandés. En Venezuela no tendría ni un condorito, con todo y que el venezolano en general no es muy fanático de la lectura.

Hoy me detuve allí y me fijé que hasta tienen página web (como todo acá), facebook y twitter. Y visitando dicho sitio, descubrí que hay en varios países, la mayoría en EEUU; y de habla hispana Colombia y España. Si quieren echarle una ojeada, esta es la dirección: http://www.littlefreelibrary.org/

Lo mejor de todo, es que ya sé qué destino darle al libro religioso que me regaló un evangélico (no sé por qué extraña razón), cuando yo tranquilamente comía en el KFC sin molestar a nadie. No sea que vaya al infierno por botarlo en el basurero ;).

jueves, 16 de mayo de 2013

Primera entrevista de trabajo

Hoy fue mi primera entrevista de trabajo en tierras holandesas. No tuve ni tiempo de prepararme psicológicamente, ya que el mail con la invitación a la reunión me lo enviaron hace menos de 24 horas. Cuando lo leí tardé como 5 minutos en caer en cuenta que thursday ¡era hoy!. En ese mismo momento comenzó mi paranoia, no por la entrevista en sí, sino por el idioma. Mi primera entrevista en inglés.

Y es que con el inglés escrito no tengo casi ningún problema, pero a la hora de hablar, mi nerviosismo puede más y empiezo a pronunciar mal o peor aún, se me olvidan ciertas palabras, y al menos en español es fácil ubicar sinónimos, pero en inglés me toca estructurar la idea desde cero.

Lo cierto es que anoche me puse a practicar con W una entrevista ficticia, y fue un total desastre. Me puse extremadamente nerviosa y estuvimos hasta la 1am tratando de preparar algo que sonara decente. De más está decir que casi no dormí nada, y esta mañana salió a relucir otra faceta de mi nerviosismo: la de quedarme callada e inexpresiva como una estatua. Así me puse las dos veces que pasé por una cesárea.

Llegamos al sitio unos 20 minutos antes, y cuando faltaban 5 toqué el intercomunicador. W. me esperaba en la estación central con el bebé.

Una chica asiática me indicó el camino. Esperé en un salón de conferencias donde me relajé un poco ya que observé en una pizarra ciertas palabras en español. Mágicamente mi nerviosismo fue desapareciendo. Luego entró un señor holandés, pero no era quien yo esperaba (ya había googleado al que pensé sería mi entrevistador). Eso me descontroló un poco ya que me imaginé una especie de jurado de 4 personas, pero comenzamos a hablar acerca de las diferencias de pronunciación de la G entre dutch, español de España y el de Latinoamérica, y el hielo se rompió bastante. En eso llegó el otro entrevistador, y dio inicio a la entrevista, la cual fluyó mucho mejor de lo que esperaba. Duró unos 35 minutos.

Si me contratan o no, igual estoy satisfecha de haber superado esa experiencia, y de que el holandés me haya dicho "your english is quite good", cuando hice énfasis en que debía mejorarlo con la práctica del día a día. Ahora, a esperar la respuesta.

viernes, 3 de mayo de 2013

Ventanas

Hace unos minutos me he llevado un susto de muerte. Estoy sola en el apartamento con los niños (Mau no tiene clase porque al parecer se toman toda la semana del día de la Reina (o ahora del Rey). Lo cierto es que empecé a escuchar ruidos en la casa, y pensé que intentaban abrir la puerta; hasta sentí como subían las escaleras, y pensé que a W. se le había quedado algo. Cuando me asomo no había nadie en las escaleras, pero escuché claramente que los ruidos provenían de mi cuarto, y a través de la persiana ¡veo una sombra de alguien que intenta abrir la ventana!¡ Mis delirios de ser perseguida por un asesino en serie se hicieron realidad!. Bueno, en realidad no intentaba abrir la ventana, cosa que me di cuenta cuando vi el "arma asesina": un pequeño haragán con el que el amable señor me estaba limpiando las ventanas. ¿Cómo así? ¿Vienen a limpiar sin que uno los llame? ¿Hay que pagar algo? Pues me imagino que no, fuera de los impuestos. Ahora, que alguien me conteste para estar preparada: ¿Estas personas vienen a limpiar un día determinado del mes? Para no andar en paños menores por la casa, digo.

Y hablando de ventanas, las de los holandeses me parecen bastante particulares, aunque no sé si así será en toda Europa. Primero, porque las cortinas permanecen abiertas todo el día, y como los primeros pisos se encuentran al nivel de la calle, los peatones como yo podemos entretenernos observando a las personas comiendo, viendo tv o conversando en la "privacidad" de su hogar. Cosa impensable en Venezuela, donde las personas tienden a convertir su casa en una especie de fuerte, utilizando rejas, cortinas, persianas, papel ahumado, muros, etc.

Además, en la pequeña cornisa que se encuentra en la base de la ventana, colocan todo tipo de adornos: juguetes, peluches, flores, rocas, elementos feng shui, hasta animales disecados he visto. Incluso pegan papeles impresos con mensajes aparentemente alegres (aparentemente, porque no entiendo mucho).

Otra cosa que me ha llamado la atención, ya no de ventanas, sino sobre las aceras: ¿alguien me puede explicar que son los graffittis hechos con tiza de color sobre ellas? ¿Es una forma de entretenerse de los niños?¿O así son los graffittis aquí hechos por los delincuentes juveniles? Ya que hay multa por todo, ¿no hay multa por eso? Espero que alguien que tenga más tiempo que yo por estos lares, pueda responderme todas estas interrogantes...


jueves, 11 de abril de 2013

Días 0-1: Jet lag

Salimos de Maiquetia a las 6 pm, y luego de 15 horas de viaje, 10 hasta Frankfurt, 3 en el aeropuerto y luego 2 más hasta La Haya; está de más decir que llegamos extremadamente cansados, sobre todo por el hecho de que W. y yo dormimos unas  2 horas en el vuelo. Al menos los niños pudieron dormir un poco más. Ya en el hotel, y con una diferencia de horario respecto a Venezuela de 6 horas y media, nos acostamos a dormir finalmente a las 6 de la tarde (hora en Holanda), lo que vendrían siendo para nosotros como las 11 y media de la mañana.

Yo me desperté como a las 10 p.m., luego se despertaron los demás, y luego de comunicarnos con nuestras familias en Caracas, nos habremos dormido de nuevo casi a la 1 de la mañana. Al día siguiente teníamos cita a las 10:00 a.m. con una representante de una inmobiliaria para ver algunos apartamentos, y pusimos la alarma a 8:00 a.m. Pregúntenme si la escuché. Pregúntenle a alguien si la escuchó. A las 10 en punto (sí, ya sabíamos que la característica principal de los holandeses es la puntualidad) sonó el teléfono de la habitación. La señora estaba esperando en el lobby. W.como un rayo bajó y le explicó la situación y luego subió a terminar de arreglarse y vestir a los niños. A las 10:17 bajamos; con 1 bebé y un niño, es un tiempo récord.

Después de visitar 5 apartamentos, regresamos al hotel a la 1 y 15 de la tarde. A la 1:30 teníamos cita con un chico del trabajo de W., que nos llevaría a la oficina de inmigración, donde nos recibirían a las 2. Como no habíamos desayunado ni almorzado, M. se comió unos restos de un delivery que habíamos pedido la noche anterior, y a la 1:28 sonó el teléfono de la habitación, anunciándonos que ya debíamos bajar-

Todo el trámite de inmigración fue rápido y sin ningún tipo de trauma -¡nada de cola!-, nos atendieron a la hora prevista y a las 4 de la tarde ya estábamos de nuevo en el hotel. Después de un baño caliente, nos dormimos alrededor de... las 3 de la mañana!